Para terminar la temporada de Tecnoartea, tuvimos la feria de Ciencias de
Castilla y León, celebrada el sábado 7 de mayo en la Universidad de Burgos.
Como hasta ahora, estuvimos en dos grupos: los peques y los mayores, donde
cada grupo tuvo diferentes actividades en la feria.
Los peques
Nada más llegar ya estaba preparada la actividad de Impresión en 3D. Fue súper
divertido. Nos enseñaron las funciones que hoy en día tiene la impresión en 3D
y las posibles funciones que puede tener en un futuro. Aprendimos a diseñar un
dibujo para después poder imprimirlo y por supuesto, imprimimos un muñeco de plástico
con la impresora 3D.
Antes de seguir con las actividades estuvimos conociendo nuevos
experimentos, como drones increíbles o minions teledirigidos.
Después fuimos a conocer la historia de Paleo Caperucita Ocre, donde
incluso, algunos de los chicos fueron protagonistas y representaban a
personajes como Caperucita, el lobo o el oso.
Y la tercera actividad de la mañana, antes de irnos a comer, fue la de
realidad virtual. Esa sí que nos gustó a todos muchísimo.
Para terminar la feria, fuimos a ver el trabajo que habían hecho nuestros
compañeros más mayores y el resto de proyectos que habían presentado otros
grupos que también participaban. Aprendimos un poco de cada uno y nos gustó
mucho la variedad de trabajos que había y lo interesantes que eran.
Los mayores
El primer proyecto se centraba en diversos experimentos que nos permitían
aproximarnos a la visualización del campo magnético, mediante imanes flotando
libremente en una superficie de agua y mediante el uso de limaduras de hierro
que posibilitaban dibujar las líneas de campo magnético en dos y tres
dimensiones.
El segundo proyecto abordó la aplicación de la inducción de un campo
magnético en una bobina a través de la que se hace circular una corriente
eléctrica para construir electroimanes. Para apoyar la visualización del
experimento, se construyó una maqueta de tren en la cual se introdujeron
diversos electroimanes para anclar un tren en una estación y para frenarlo
cuando se encontraba en movimiento.
El equipo, formado por un grupo mixto e inclusivo de adolescentes de entre 12 y 14 años, con o sin TEA, recibió un premio en su categoría, dotado con 300 euros en material científico.
¡¡Enhorabuena compañeros!!
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